El aluvión de Huaraz (diciembre de 1941)
Hace 77 años que ocurrió el aluvión que destruyo parte de la ciudad de Huaraz (Ancash), Perú. El desborde de la laguna de Palcacocha ocasionó el desastre. A la fecha se ha llenado de construcciones el cause por donde vino el agua. Se ha perdido la memoria colectiva generandose con ello un incremento muy grande de la vulnerabilidad de la población, así mismo el peligro ha aumentado considerando el incremento de volumen de agua de la laguna.
Pongo a consideración de ustedes un relato del Ing. Alberto Giesecke que en aquella época fue testigo de excepción de este desastre.
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La tragedia de Huaraz del 13 (- ) de Diciembre de 1941
Por. Alberto Giesecke M.
Estábamos trabajando un geólogo canadiense, el Dr. Luke Lowther, y yo, contratados por el Sr. Axel Wener-Gren de Suecia desde el mes de noviembre de 1941. Estuvimos encargados del estudio geológico e hidrológico preliminar, relacionado con la construcción de la central hidro-eléctrica de "Huallanca", propuesta por el Dr. Santiago Antúnez de Mayolo. Nos alojamos en el pueblito de Huallanca, el terminal del ferrocarril de Chimbote.
El 7 de Diciembre, la Base Naval de Pearl Habor de los Estados Unidos, en las Islas Hawaii, fue atacada por Japón y severamente golpeada. Escuchamos las noticias por radio esa misma noche. Como resultado de este acto bélico, los Estados Unidos declararon la guerra al Japón y a sus aliados Alemania e Italia. Las llamadas "listas negras" de los países en conflicto identificaban a aquellas personas y empresas cuya actividad personal, comercial o industrial producía bienes, servicios y/o conocimientos que favorecían al enemigo. Tal la situación del señor Wener Gren que fue inscrito tanto en las listas negras de los países Aliados (por sus inversiones en Alemania) como en las del Eje Berlín-Roma-Japón. El resultado práctico de esta medida es que el Sr. Wener Gren ya no disponía de cuantiosos depósitos, inversiones y ahorros fuera de Suecia; ya no podía financiar el proyecto para desarrollar la región del Santa. El Dr. Lowther y yo quedamos sin trabajo. Decidimos "cerrar la tienda" en los próximos días y regresar a Lima. El día antes de viajar, el 13 de diciembre, estando desde muy temprano en el cañón del pato, a la altura de los "túneles mellizos" sentimos un ruido como el de una gran manada de elefantes y divisamos a lo lejos una gran polvareda. Casi, casi, demasiado tarde nos dimos cuenta de que se trataba de una avalancha, pero logramos lo imposible - escalar por la pared de la margen derecha hasta unos 20 metros sobre el nivel del agua y pudimos llegar a una repisa desde donde vimos pasar el lodo cargado de arboles y maderas, restos de construcciones, animales muertos, cadáveres, enseres y derrubios en general; serían las 0900 a.m. Pasaron varias horas antes de atrevernos a salir y de la situación en que nos encontrábamos. Decidimos seguir hacia Huaraz para observar los efectos de la avalancha donde encontramos una desolación total del sector moderno y nuevo de la ciudad donde había existido el nuevo hotel de turistas, la moderna zona residencial, el aserradero, la cervecería..., amen de las 5,000 personas que se calcula murieron sin poder escapar. Los restos materiales de estos locales se encontraban en medio de un gran lodazal y de las enormes piedras arrastradas por la avalancha.
El prefecto, Dr. Souza lglesias, nos recibió con gran alegría. Lowther y yo aceptamos en viajar al día siguiente para determinar la causa y el origen de esta tragedia y determinar si aun había peligro. Salimos a caballo, con 6 acompañantes, equipo para trepar, acampar y comida. Primero subimos por la quebrada de Cojup donde las huellas de lo que había sucedido eran muy claras. Existían dos lagunas, una al pie del glacial y la segunda, bastante cercana, a un nivel inferior. La primera estaba represada por una morrena terminal bastante precaria. El desprendimiento de un gran bloque de hielo del glaciar a cuyo pie se había formado la laguna, elevó el nivel de esta provocando el rebalse de las aguas y la erosión de la morrena, lo cual aumentaba el volumen del rebalse y la erosión - un proceso que terminó con la ruptura de la morrena y la avalancha de varios millones de metros cúbicos que agua que descendió sobre la segunda laguna causando a su vez la ruptura de su morrena. Estimamos que, en total, debe haber descendido sobre Huaraz unos 10 millones de metros cúbicos de agua mas todos los derrubios y lodo y piedras que arrastró. El proceso desde su inició con el desprendimiento del hielo del glaciar habría demorado unos 10 a 15 minutos hasta la ruptura de la morrena. La avalancha desde Huaraz hasta la costa, alrededor de unos 200 Km., habría demorado unas cinco horas, o sea a una velocidad de 40 Km. por hora.
Visitamos dos otras lagunas: la de Perol Cocha, una laguna de circo, a mucho mayor altura que Cojup y que no ofrecía mayor peligro, y luego la de Quilcaihuanca, que tampoco ofrecía peligro, por cuanto la morrena era muy extensa y de base muy ancha. Con esta información regresamos a Huaraz, siguiendo el cauce del riachuelo. Llegamos a Huaraz a eso de la 6 pm. El prefecto había congregado a la población de Huaraz a la cual informamos, con alto parlantes, enfatizando que ya no existía peligro alguno - ni en el futuro cercano - de que se repitiera un desastre similar, aunque pudiera repetirse con el correr de los años, pero señalando a las autoridades la enorme importancia que tiene un servicio de vigilancia permanente, confiable y bien organizado. Existen decenas de lagunas potencialmente peligrosas. El hábito de la vigilancia y la educación son la garantía que debe tener toda población andina para que no vuelva a suceder otro trágico amanecer como el de Huaraz. En los colegios con una amenaza potencial de esa índole es absolutamente indispensable que se enseñe esa "“geografía" cuyo conocimiento salva vidas y crea riqueza. En el caso de Huaraz, ninguna autoridad y ninguno de los maestros con quienes hablamos tenían idea alguna de la situación de peligro en que vivían.
Octubre 2003