III. Materiales a emplear y sus funciones

Los materiales utilizados en la técnica de reforzamiento propuesta son los siguientes (el acápite "g" es opcional):

a. Clavos de 2 1/2 pulgadas. Utilizado para clavar la malla (Fig.7).

b. Chapas de gaseosas. Sirven como especie de arandelas, que permiten fijar la malla contra la pared. Las chapas con sus clavos respectivos, se colocan espaciadas cada 25 cm, lo cual hace que se necesite 16 chapas y 16 clavos (77 gramos) por metro cuadrado de pared.

c. Malla Electro soldada. Esta malla está compuesta por alambre galvanizado de 1 mm de diámetro, formando cocadas cuadrangulares de 3/4 de pulgada

La malla se vende en rollos que tienen un ancho de 90 cm, lo cual permite, cortándola en dos partes, emplearla como franjas horizontales de 45 cm de ancho formando una especie de viga solera; en cambio, las franjas verticales que simulan a las columnas, deben colocarse enteras en el encuentro entre los muros ortogonales, doblándolas a 90º (45 cm en cada muro, tal como se muestra en la Fig. 10).

La malla tiene una resistencia a tracción igual a 1825 Kg por metro de ancho (ocho veces superior que la malla de gallinero). Por otro lado, como la malla es galvanizada, puede clavarse directamente contra la pared de adobe (no se requiere pañetearla previamente), sin que exista peligro de corrosión.

d. Alambre # 8. Este alambre se utiliza como un elemento que conecta las mallas verticales colocadas en las dos caras del muro (Fig.8), a fin de que ambas trabajen en conjunto; las franjas horizontales no necesitan conectarse.

El alambre atraviesa la pared, para lo cual debe efectuarse perforaciones previas de 3x3 cm, espaciadas cada 50 cm, que después se taponan con mortero 1:4, compactado. El alambre dobla 10 cm a 90º en cada extremo, y este doblez se clava contra la malla y la pared, empleando 3 grapas de 3/4 de pulgada.

e. Grapas de 3/4 de pulgada. Estas grapas permiten fijar los conectores (alambre # 8), mostrados en las Figuras. 8 y 9.

f. Mortero 1:4. Este mortero recubre la malla y es el elemento que incrementa la rigidez de la pared de adobe, ante acciones sísmicas coplanares y ortogonales al plano del muro.

El espesor de la capa de mortero es del orden de 2 cm y está compuesto volumétricamente por una proporción de cemento Pórtland tipo I más 4 de arena fina. El agua a utilizar para formar la mezcla, debe ser potable. Para el espesor de mortero indicado, se necesita por metro cuadrado de pared: 0.17 bolsas de cemento (0.005 M3) y 0.02 m3 de arena fina, sin contar desperdicios (usualmente 5%).

Inicialmente se humedece la pared para después pañetearla, luego se aplica el mortero frotachándolo. El tarrajeo final que se realiza con una plancha, lo cual hace que la zona reforzada luzca bien acabada y al adherirse convenientemente con la malla, no se ha observado peligro de desprendimiento por vibraciones sísmicas.

g. Tablas de 1/2 pulgada de espesor, 2 pulgadas de ancho y 60 cm de altura. Este refuerzo debe emplearse en los tímpanos de las viviendas ubicadas en la Sierra, así como en la interfase sobrecirniento-adobe de aquellos muros localizados en la Costa o Sierra que superan los 4 m de altura.

Tal como se ha mostrado en la Fig.2, la línea formada en la parte inferior del triángulo que conforma al tímpano es una zona de debilidad, al igual que la conexión sobrecimiento de ladrillo o concreto con el muro de adobe (Fig.4), por lo que esa zona debe "coserse" con tablas verticales espaciadas cada 1 m, formando una especie de "sándwich", corno se muestra en la Fig.9.

Preferentemente, la tabla debe ser de madera "tornillo" y debe colocarse embutida en una ranura, hecha previamente en el muro, de manera que la malla la cubra. Estas tablas tienen una altura de 30 cm por arriba y debajo de la línea de debilidad. A su vez, la tabla interior debe conectarse con la exterior mediante alambre # 8, engrampados (3 grapas de 3/4) contra las tablas.